Las Administraciones Públicas españolas se encuentran en un momento clave para poder desarrollar políticas públicas de apertura.
Las palancas que están impulsando este momento vienen de diferentes frentes. Por un lado, la madurez de la política del Gobierno Abierto para la Administración General del Estado que ha supuesto el IV Plan de Gobierno Abierto (OGP).
Este plan, ambicioso, ha conseguido coser y coordinar al entramado público español, al incluir compromisos de dos instancias territoriales, diferentes a la nacional: por las entidades locales, desde la Federación de Municipios y Provincias, y por los gobiernos autonómicos, el conjunto de Comunidades Autónomas a nivel individual.
El IV Plan de Gobierno Abierto es el más completo lanzado hasta la fecha con grandes logros en su conjunto. Pero, además, del IV Plan existen otras palancas de apertura, como son ; las recomendaciones de la OCDE, el Grupo GRECO, las obligaciones derivadas de los Fondos Next Generation con sus herramientas antifraude y la cada vez más presente la actuación en las Administraciones de las Agencias u Oficinas Antifraude regionales.
Cierra este círculo virtuoso de la apertura, dos vectores fundamentales: la integración de Gobiernos autonómicos en la OGP Local (Aragón, Cataluña, Asturias, Comunidad Valenciana…) y, una sociedad civil, cada vez más madura e independiente.
Mi clase “El Gobierno Abierto oportunidad para una gestión pública innovadora”, tiene un doble objetivo: el primero, poner este contexto como una oportunidad directivos públicos para crecer, impulsar y aprovechar el gobierno abierto y el Buen Gobierno, y, en segundo lugar, establecer claves en diferentes áreas para aprovechar esta oportunidad.
Esta oportunidad viene establecida sobre 4 dimensiones de la acción de Gobierno:
En síntesis, las claves propuestas abarcan instrumentos para reforzar la transparencia, la ética pública, la eficiencia en el uso de recursos, la innovación en la provisión de servicios, y la participación y orientación a la ciudadanía.
Su implementación coordinada puede mejorar sustancialmente la calidad de la gestión pública en los territorios.
El Gobierno Abierto busca mejorar la gestión pública. Requiere buenas prácticas en cada una de sus dimensiones. Ahora bien, sin el liderazgo público, de políticos y directivos públicos es imposible llegar a plantearlo.
Ese es el reto, generar un relato potente que sirva de palanca hacia una política de apertura, hacia un Estado Abierto.