Seres humanos, más humanos, compartiendo espacio con la IA (segunda parte)
Víctor Almonacid nos sigue ilustrando sobre la realidad y actualidad de esta herramienta disruptiva que ha venido para quedarse y contribuir a hacer de nuestra administración un ente del siglo XXI, moderno, eficaz y productivo.
Y así lo creemos, no nos viene a sustituir sino a complementar y facilitar pero...para hacerlo posible quizás debamos poner foco en nuestras habilidades más humanas...
¿Qué tal vas de habilidades blandas?
Habilidades blandas, a la enésima va la vencida.
La presente reflexión no es en absoluto exclusiva para el ámbito de la Administración.
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en diversos ámbitos laborales y sociales lleva años reconfigurando el panorama de habilidades y capacidades requeridas por los distintos profesionales, tanto autónomos como por cuenta ajena.
Hablamos de la Revolución Industrial de nuestra época, en la que, a pesar de que la IA ha venido a automatizar muchas tareas técnicas y repetitivas, las habilidades blandas, también conocidas como competencias transversales o habilidades interpersonales, se vuelven cada vez más valiosas y necesarias.
A continuación, intentaremos describir algunas de las principales habilidades blandas que se verán potenciadas con la creciente adopción de la IA. Obviamente pondremos el acento en el ámbito de la Administración, pero insistimos en que las conclusiones son extrapolables al sector privado:
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Pensamiento crítico enfocado a la resolución de problemas.
Es la capacidad de analizar situaciones reales complejas, identificar problemas y desarrollar soluciones efectivas. En mi opinión es una habilidad escasa que se vuelve crucial en un entorno donde la IA puede proporcionar datos y análisis, pero no el juicio final.
En efecto, la IA puede generar grandes cantidades de datos y llegar a un punto de análisis de los mismos a partir del cual los seres humanos debemos ser capaces de interpretar y utilizar para tomar decisiones informadas. Aunque el pensamiento crítico es, hasta cierto punto, innato, y también dependiente tanto de la actitud como de la aptitud, desde luego esta es una habilidad entrenable sobre todo en sus interacciones con la IA, ya que los profesionales necesitarán poder discernir patrones significativos y contextuales a partir de la información proporcionada por la IA. -
Creatividad orientada a la innovación.
Frente a una cultura administrativa previa donde predominan los puestos encasillados (en parte por culpa de RPT obsoletas) y una cierta mentalidad apolillada, destaca la habilidad para pensar fuera de lo convencional, generar nuevas ideas y soluciones innovadoras.
En la empresa privada esto es fundamental en un mercado dinámico como el actual, pero tanto o más cambiante es el servicio público, muy sensible a las nuevas tendencias económicas, políticas y sobre todo sociales. La innovación debería ser una constante en lo público, pero para ello es preciso que cambiemos nuestra manera de pensar. Por otra parte, y al igual que otras habilidades blandas, esta encaja muy bien con la IA, que puede incluso potenciarla. Por un lado, las herramientas de IA pueden asistir en la creación de contenidos y en la generación de ideas preliminares, ideas que por supuesto los seres humanos deben ampliar y refinar, o quizá descartar directamente. También la IA puede facilitar el desarrollo de prototipos y la experimentación rápida, permitiendo a los humanos iterar, pulir y mejorar productos y servicios de manera eficiente. -
Inteligencia emocional.
Mi preferida.
La podríamos definir como la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones, así como las de los demás, aunque en ese punto ya entran otras habilidades como la empatía y la comunicación, siendo por tanto esencial para la colaboración efectiva y la gestión de equipos, una tendencia que va a ir a más en un modelo menos "departamentalizado" y orientado a la gestión de proyectos a través de equipos multidisciplinares. Aquí en carácter instrumental de la IA es incuestionable. Por un lado, algunas herramientas pueden proporcionar feedback en tiempo real sobre interacciones humanas, ayudando a mejorar la comunicación y la empatía. Además, la IA puede ayudar a evaluar el estado emocional de los equipos y sugerir intervenciones para mejorar el bienestar y la productividad.
Como vemos, no solo estamos proponiendo mejoras funcionales, sino que poco a poco orientamos el modelo hacia el bienestar de los empleados públicos. -
Adaptabilidad y flexibilidad.
De manera intencionada, hemos querido omitir la palabra resiliencia, que por supuesto sigue siendo un concepto muy válido pero que creo que, sin mala intención, hemos desnaturalizado a base de machacarlo sistemáticamente. En realidad hablamos de la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones y desafíos, y de cambiar el enfoque según sea necesario, dejando a un lado las tendencias y los egos, y siempre pensando en el servicio público y el interés general.
Puede que esta habilidad sea uno de nuestros puntos más débiles, y ahí está el recuerdo reciente de los estragos que provocó la pandemia, pero aquí la IA puede facilitar el acceso a recursos de aprendizaje personalizados, ayudando a los profesionales a adquirir nuevas habilidades rápidamente. Por otro lado, al delegar tareas rutinarias a la IA, los seres humanos podemos enfocarnos en actividades más estratégicas y creativas, que algunas veces serán originales e incluso inéditas, requiriendo para ello de una gran adaptabilidad. -
Comunicación efectiva.
Frente a las organizaciones en las que algunas personas no son ni siquiera capaces de decir “buenos días” cuando llegan por la mañana (literalmente parece que lleven un esparadrapo en la boca), existe una valiosa capacidad que consiste en comunicar ideas de manera clara y efectiva, tanto de forma oral como escrita, siendo obviamente bilateral, como lo es la propia comunicación, donde es tan importante entender como ser entendido. Se trata por tanto de una habilidad blanda vital para la colaboración entre compañeros, para la atención a la ciudadanía, y también para la mejorar influencia de los líderes o impulsores de proyectos. Nuevamente, los sistemas de IA pueden mejorar la calidad de la comunicación, sobre todo escrita, y proporcionar sugerencias para mejorar la claridad y la precisión de los mensajes, manteniendo el rigor sin renunciar de ninguna manera a la accesibilidad. Además, en un estado multicultural y turístico como el nuestro, la IA puede traducir en tiempo real con alta calidad, facilitando la comunicación entre personas que hablan diferentes idiomas, y rompiendo así las barreras lingüísticas. -
Colaboración y trabajo en equipo.
Aunque ya lo hemos mencionado, a parte de un método de trabajo es una habilidad en sí misma. En efecto, aquí la habilidad es la capacidad que tenga una persona de trabajar bien con otros, de compartir conocimientos y de apoyar mutuamente los esfuerzos para alcanzar objetivos comunes. No debe confundirse con buenas actitudes como “ser buen compañero” o “tener buen carácter”, aunque todo esto es bueno, por supuesto, y todo suma, pero la capacidad de trabajar y colaborar en equipo de forma eficaz no siempre permite un excesivo “colegueo”, siendo necesario en ocasiones un alto grado de seriedad y asertividad, todo ello dentro de un ambiente cordial, faltaría más. También aquí las herramientas basadas en IA pueden mejorar la colaboración a través de plataformas, sencillas pero eficaces, que facilitan la coordinación y el intercambio de información. Y por supuesto, los sistemas de IA pueden ayudar a gestionar proyectos y equipos de manera más eficiente, asignando tareas y monitoreando el progreso. -
Liderazgo.
Es la capacidad de guiar y motivar a un equipo más o menos amplio de personas hacia la consecución de objetivos comunes, inspirando confianza y compromiso. También existe el autoliderazgo, con un ámbito subjetivo mucho más escaso e incluso individual, porque queremos pensar que todos somos responsables de, al menos, una pequeña parcela del servicio público. Este tipo de entornos colaborativos que venimos refiriendo nos permiten ir introduciendo mecanismos de medición de objetivos y para la evaluación del desempeño. Aquí la IA puede proporcionar datos sobre el desempeño concreto del equipo, ayudando a los líderes a tomar decisiones informadas para mejorar la productividad y el bienestar de las personas. Es importante el sentimiento de pertenencia, y en este sentido debemos decir que un líder que no involucra no es en absoluto el mejor líder posible. Precisamente, y asumiendo que en ocasiones el liderazgo es mejorable, las herramientas de IA pueden identificar áreas de mejora en las habilidades propias de un buen líder y ofrecer recursos de aprendizaje personalizados.
Víctor Almonacid Lamelas
Directivo Público Profesional especializado en transformación digital.