Si partimos de la premisa de que ninguna administración puede funcionar correctamente si carece de una estrategia adecuada de gestión de su personal y de las políticas necesarias para ejecutarlas, parece obvio llegar entonces a la conclusión de que para prestar servicios en los términos de eficacia y eficiencia deseables, es necesario dotar al gestor de unos instrumentos de ordenación de los RR.HH que se lo permitan.
La planificación de los recursos, tendrá por tanto el objetivo de contribuir a la consecución de la eficacia en la prestación de los servicios, y de la eficiencia en términos de los recursos económicos disponibles mediante el correcto dimensionamiento de sus efectivos, su mejor distribución, formación, promoción profesional y movilidad. Por tanto en estos momentos tan delicados en el que el entorno socioeconómico es cada vez más precario y exigente, dichos instrumentos se antojan claves para que la organización alcance sus objetivos.
Por lo tanto, contar con un sistema adecuado de Valoración de Puestos de Trabajo, ¿qué beneficios puede tener para las tareas diarias que realiza un director de Recursos Humanos?
Gracias a la puesta en práctica de estos instrumentos de ordenación, sabremos reconocer los buenos resultados, y por lo tanto, este reconocimiento servirá para mejorar la labor que realiza el empleado público en sus tareas diarias.
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