Traslademonos en el tiempo y vayamos hasta el año 1407, en Génova. En esa fecha y en esa ciudad se abrió al público el primer banco (Banco de San Giorgio) con un concepto esencial muy cercano al que conocemos hoy. Teniendo en cuenta que las primeras monedas que se acuñaron datan del Siglo VII A.C, el hombre sólo llevaba, hasta entonces, 2100 años guardando el dinero en casa, hasta que a algún iluminado se le ocurrió la idea de prestar, entre otros, un servicio de custodia del dinero. ¿Se imaginan ustedes la cara del primer cliente de ese banco, dando a un señor desconocido todos sus ahorros y recibiendo a cambio un papel firmado?; “quita, quita, como en casa en ningún sitio”. El banco aguantó hasta 1444. Cerró porque, entre otras razones, se necesitaba mucho tiempo para que la sociedad dirigiera esa nueva modalidad de servicio.
El servicio de banca fue tan rompedor como hoy lo es el SaaS: el proveedor custodia el servicio/dinero para que el cliente pueda consumirlo/obtenerlo desde cualquier parte
Hoy en día hay muy pocos que sean clientes de banca online. En este contexto, estamos usando SaaS, un servicio aparentemente gratuito pero que el banco cobra en comisiones. Ni hay empresas que tengan una vaca al lado de la máquina de café para suministrar leche ni las hay que se instalen junto a plantaciones de caña para obtener el azúcar. Tampoco tienen generadores propios para suministrarse de energía (salvo instalaciones críticas). Aunque estas comparaciones suenen cómicas, es evidente que el modelo imperante a día de hoy podríamos bautizarlo como EaaS (Everything as a Service). Mi vehículo es de renting (Car as a Service, CaaS) y mi ordenador portátil también (Laptop as a Service, LaaS).
¿Cual es la diferencia entre pulsar el interruptor de la luz y que la luz se encienda, o arrancar el ordenador, pulsar el icono de la aplicación de, digamos, Facturación, y que empiece a funcionar? Técnicamente, y simplificando mucho, no debería haber ninguna diferencia. Pero las hay, vaya si las hay. Es más, la infraestructura para el primer proceso es mucho más costosa que para el segundo. El primer proceso dura un abrir y cerrar de ojos. El segundo puede durar entre dos minutos y varios meses hasta que funciona correctamente. ¿Cual es la razón? Hay varias, pero la fundamental es que, en el segundo proceso, el cliente está acostumbrado a tener la vaca al lado de la máquina de café, una plantación de hierba para alimentarla y un veterinario de urgencia por si hay algún imprevisto.
Identificamos dos inhibidores muy claros:
¿Invertiría usted sus ahorros en la Banca El Culpable, S.A.?. Probablemente no. Como ocurre en todas las fases de crecimiento de un mercado, están proliferando las empresas que ofrecen SaaS como lo hacían las que daban acceso a Internet hace 15 años. Cuidado con esto, porque es el terreno ideal para tener desengaños. Cualquiera puede alquilar un cuarto de contadores, poner un servidor en el suelo y una línea de 6MB y dar servicio (mal que bien) de SaaS; otra cosa es las garantías que ofrezca. Nos corresponde a las empresas del sector desplegar SaaS bajo las más estrictas normas de calidad (ISO 27001, SAS II 70) y seguridad para, efectivamente, aumentar tanto nuestra competitividad (por captura de economías de escala) como la de los usuarios.
¿Porqué el crecimiento de SaaS es tan lento en España? En Holanda, Alemania, Austria y otros países de Europa, el crecimiento de SaaS está siendo significativo. ¿Por qué? ¿Son más confiados? No. La razón fundamental es que España es uno de los países de Europa con mayor coste de “canuto de comunicaciones”. Y no sólo eso, sino que es uno en los que el “canuto gordo” (la tan cacareada banda ancha) tiene más dificultades para llegar a todas partes (diferentes legislaciones en las comunidades autónomas impiden diseñar una política global). El gobierno debe tomar buena nota de ello, porque si realmente quiere terminar con la crisis en nuestro país, debería legislar para potenciar y abaratar las comunicaciones; estoy seguro de que esa medida aumentará la competitividad en un plazo no muy largo.
Sin darle muchas vueltas, hay dos muy evidentes:
Si no te parecen suficientes, aquí te damos más razones para elegir SaaS.
SaaS ya es una realidad. Es seguro que alguno de los lectores de éste blog tiene una cuenta de correo electrónico en gmail o en hotmail. Esto es una pequeña muestra de SaaS. SaaS implica un cambio del “chip” con el que las empresas operan. En las grandes, el departamento de TI tiene que ser más estratégico y menos operacional y en las pequeñas, desaparecerán los problemas de despliegue de aplicaciones e inversiones innecesarias en infraestructura. La estructura del mercado va a cambiar, tanto por la oferta como por la demanda. La principal aportación de SaaS deberá ser la revalorización de los procesos de negocio actuales o el desarrollo de unos totalmente nuevos.